De acuerdo a la teoría de Carl Gustav Jung los siguientes dos conceptos distinguen nuestra personalidad:
INTROVERSIÓN: Es una tendencia que se caracteriza por la concentración del
interés en los procesos internos del sujeto. Los introvertidos se
interesan principalmente por sus pensamientos y sentimientos, por su
mundo interior. Tienden a ser profundamente introspectivos y encerrarse en sí mismos.
Características: El introvertido es decisivo en el mundo subjetivo, regido por principios
absolutos, rígido e inflexible, con delicadeza en los sentimientos,
inclinado al análisis de sí mismo y la autocrítica, ansioso u obsesivo.
EXTRAVERSIÓN: Tendencia de la persona sociable a comunicar a los demás sus sentimientos. Se trata de una actitud que se caracteriza por la
concentración del interés en un objeto externo. Los extravertidos se
interesan por el mundo exterior de la gente y de las cosas, tratan de
ser más sociables y de estar más al tanto de lo que pasa en su entorno.
Características: El extravertido domina la realidad exterior y social. Está
directamente orientado a la realidad objetiva, regido por lo práctico y
necesario, se adapta facilmente a situaciones nuevas, la vida afectiva
no está finamente moldeada, de débil autocrítica y acción directa.
Los introvertidos y extravertidos difieren en la manera de pensar y por lo tanto aprenden y entienden de modo diferente. Ambos conceptos son mutuamente excluyentes, sin embargo, aleatoriamente caemos en los dos supuestos, es decir, nadie es absolutamente introvertido ni extravertido. Ser flexible y adoptar la actitud que resulte más apropiada, equlibrando las dos y no seguir una forma
fija de responder al mundo, es el ideal.
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